viernes, 27 de junio de 2008

OTRO SUEÑO

Mientras dormía salió de mi interior una especie de holograma de luz, gracioso, ágil, risueño...
Y me abrazó y colocó un beso en mi frente y me refrescó...
Abrió sus manitas y sus brazos para mi...
Me acurruqué ahí... sentí que era mi lugar...
Me inundó el amor, me supe arrullada y querida...
Sus dedos estaban en mis cabellos en una caricia apacible y grande...
Respiré tranquila, me abandoné, me relajé y descansé...

jueves, 19 de junio de 2008

UN SUEÑO

Estaba en el fondo de un gran océano, solo yo y las aguas, eran de un azul electrico, claro, luminoso, bonito... me sentía flotando suave, tranquila, con mucha paz...

Abajo vi unas grutas y destacaba en ellas una caverna de la que salía una gran luz, fuerte, a punto de desbordar... sabía que tenía que dirigirme hacia allá... me vi parada en la entrada de la cueva... yo tenía una espada en la mano y me limitaba el paso un dragón...

No había miedo, atrás de la fiera una fulgurante luminosidad... y para pasar necesitaba destruir al dragón... comencé a embestirlo con mi arma, le daba en los ojos, en el cuerpo, incluso le corté la cabeza... pero éste permanecía inmutable, fijo, no se hacía más grande ni se defendía... solo estaba ahí... y yo seguía tratando de destruirlo... mientras más golpes con la espada, menos lo conseguía... empecé a desesperarme, mi corazón se aceleró, me invadía cierta angustia...

De repente solo lo supe... comenzó a invadirme la calma... respiré con ritmo... bajé la espada... respiraba y me tranquilizaba... el oxigeno me llegaba hondo... sentí una gran fuerza... y mientras yo más tranquilidad sentía, el dragón se iba haciendo pequeño, más chico, y yo más calma, hasta que desapareció y le puse un pie encima....

La gruta quedó sin guardián y yo me devolví a mi océano... luego desperté...

Quiero volver a esa entrada de luz... quiero volver a soñar...

jueves, 5 de junio de 2008

ARQUETIPOS, PERSONALIDAD

"Los arquetipos de los órganos son los conocimientos universales que ellos tienen y que les permiten realizar una forma y una función específica (fase diferenciada) o crecer en forma inespecífica y primitiva (fase indiferenciada). Estos arquetipos de los órganos forman parte de las pautas de conducta que los seres vivos han desarrollado en la historia de la evolución y que están inscriptos como genotipos universales.

La enfermedad es la activación de la fase indiferenciada del arquetipo del órgano, o en otros términos, la rememoración de un programa cerebral creado en el curso de la evolución para superar crísis de supervivencia.

DOS ARQUETIPOS:

Actualmente describimos los siguientes arquetipos:

1. Arquetipo de la célula madre: figura de la mitosis
2. Arquetipo de la célula en apoptosis: figura del suicida

El arquetipo de la célula madre se expresa en sus fases totipotencial, pluripotencial, multipotencial y unipotencial. Puede presentarse tanto en su faceta nutritiva (tumor) como protectora (úlceras que abren espacios) y en ambos casos expresa su faceta negativa en la invasión del tejido vecino.

El arquetipo de la célula suicida es quien más trabaja en el tejido conectivo (especialmente en las distrofias musculares). La coraza se derrumba en la relación con los otros. Obedece a conflictos de desvalorización, impotencia, motricidad. La faceta negativa se expresa en el alejamiento del placer autodestruyéndose. La faceta positiva en la gran capacidad de dar, que puede ser utilizada en la propia curación.

Estos arquetipos son formas universales ya conocidas que actuaron desde el origen de la vida. Ellos son los que dieron origen a los órganos y descartaron a las células y tejidos que ya no cumplían una función útil a la supervivencia. Así el arquetipo suicida fue el que determinó la desaparición de las branquias para que a través del arquetipo de la madre naciera la célula del pulmón. En cada enfermedad hay una acción mediada por un arquetipo. Los cánceres masivos, de células indiferenciadas, son dirigidos por el arquetipo de la célula madre. Conocer la dinámica de estos arquetipos nos permite entender qué es lo que hay que trabajar. No se trata de resolver un conflicto con una solución práctica, ya que esto no nos lleva necesariamente a dejar de percibir la vida a través del velo de ese arquetipo. Es necesario conocer esta dinámica a fondo, porque el soma tiene un lenguaje que no es equívoco y al que no se puede engañar con promesas de cambio. La solución práctica debe pasar por la confrontación con la verdad del sujeto. No es con palabras que vamos a convencer a la enfermedad de que no siga avanzando."

Tomado del libro "La lupa de la nueva medicina" del Dr. Fernando Callejón.