sábado, 12 de marzo de 2011

los opuestos en el parkinson

Toda la vida está llena de contradicciones, el parkinson también.
Los humanos somos todos iguales y también cada uno diferente y único en su individualidad.
Los cuatro síntomas primarios de esta enfermedad pretenden reflejar esa igualdad. Los síntomas secundarios pretenden reflejar la individualidad. Lo cierto es que todo es relativo. No todos presentamos los cuatro síntomas primarios, ni todos presentamos los llamados síntomas secundarios, pero sí hay un patrón común.

Los siguientes son una propuesta de opuestos tal y como yo lo veo

Rigidez:
Positivo: Fuerza, empuje, tesón, energía, decisión, firmeza.
Negativo: resistencia al cambio, juzgar, posiciones fijas, posturas definidas, dogmas, pensar en agradar imagen, buscar aprobación, ponerse límites.

Temblor:
Positivo: fragilidad, vulnerabilidad, deseo de soltarse, deseo de relajarse, deseo de descansar Negativo: miedos, indecisión.

Inestabilidad postural:
Negativo: falta de raíces, falta de verdad, falta de sustento, falta de equilibrio, no hay donde pararse firme, inquietud constante.
Positivo: aprendizaje, adaptación, apertura.

Lentitud:
Negativo: Hay ciertas acciones que exigen premura como las fisiológicas, o no dejar todo para mañana, postergar, energía baja, no hacer.
Positivo: Observar y hacer mejor, disfrutar, tratar de detener el tiempo.

Es un hecho que si modificamos pensamientos y acciones los síntomas mejoran, desaparecen o avanzan lento o no avanzan.
Estos que yo pongo aquí como positivos o negativos pueden ser perfectamente lo contrario, depende de quién y cómo lo mire:
por ejemplo en la Rigidez la fuerza es negativa cuando es en demasía y nos hace duros del cuerpo y del alma. En el temblor el miedo es positivo cuando nos detiene y nos hace reflexionar un poco antes de hacer. En la rigidez la imagen es positiva cuando nos gustamos a nosotros mismos.
Para equilibrar no siempre es el medio. Cada quien sabe como se siente mejor, a veces cerca del extremo.
Cuando entendemos algo y lo cambiamos desde el inconciente o desde lo conciente, algún síntoma que teníamos detenido se suelta. Como dolores cuando nos relajamos o temblor al dejar rigidez, o rigidez al tomar fuerza... pronto pasan, la clave es evitar el máximo posible los miedos. Y el cuerpo es maravilloso, no hace sentir nada que no se pueda soportar. Paso a paso, cada cosa a su tiempo.