jueves, 7 de febrero de 2008

TERCERA LEY DE HAMER


3. Ley del sistema de ontología de los tumores y enfermedades afines

Cuando el DHS impacta una zona perteneciente al endodermo o mesodermo, durante la fase activa del conflicto se generan proliferación celular o tumoraciones en los órganos correspondientes, mientras que cuando se impacta una zona dentro del ectodermo, durante la fase activa se generan necrosis o ulceraciones en los órganos correspondientes. Cada órgano que hay en el cuerpo tiene un relé cerebral, o sea, una correspondencia con cierta zona específica del cerebro humano que está dividido en tres capas: 1) endodermo (tronco cerebral y cerebelo), 2) mesodermo, y 3) ectodermo (córtex cerebral). Dependiendo de la zona carebral impactada durante el DHS, tendremos una manifestación diferente de dicho impacto en el órgano correspondiente a dicha zona.

Madam Sixt: "Pensando en las necesidades de los primeros mamíferos, que son las que tenía que enfrentar el cerebro arcaico (el endodermo), tenemos que si al intestino llega por ejemplo un trozo de hueso, el organismo pone en marcha un programa de emergencia que se gobierna desde el tronco cerebral, quien ordena una multiplicación celular en el punto donde se encuentra el atasco provocado por el hueso. Esto significa que va a haber intestino de más, o sea, va a haber un tumor que va a ocasionar que se produzca más ácido gástrico y este exceso de secreción va a hacer que este hueso que se ha atascado pueda digerirse, pueda evacuarse. El tumor tiene la función de digerir el hueso o lo que está atascado. Y lo mismo ocurre a nivel psíquico cuando no podemos digerir lo que nos ha ocurrido. En un conflicto figurado, en una situación que dices "esto no me lo trago, no lo puedo digerir" el intestino va a hacer una proliferación celular para intentar digerir alguna situación que a la persona le parece indigesta. "Lo que me ha hecho es una mala jugada, esto no lo digiero", esto no es objetivo, es subjetivo, pero el intestino responde de la misma manera. Por ejemplo, el vecino de una persona aparcaba siempre el auto en el camino que iba hacia su cochera. Él le dijo un par de veces que no aparcara el auto en su parcela, y al cabo del tiempo se enteró de que el jardín pertenecía a ambos, pero el vecino ya se había ido al juzgado a poner una denuncia sin avisarle previamente a la persona. Esta persona vive esto como una mala jugada porque él cuando le molestó el coche lo avisó y lo intentó arreglar amigablemente, y el hecho de que el vecino se hubiera ido directamente al juzgado sin intentar hacer un acuerdo previo, le pareció una mala jugada. Para digerir esta situación subjetivamente indigesta, su cuerpo respondió produciendo un tumor. Mientras dura la simpacotonía, hay una hiperactividad en el intestino hasta que encuentra una solución.
El tronco cerebral que es la parte más interna, constituye el cerebro arcaico y está en correlación con el tejido endodérmico, por lo que todos los órganos que corresponden a esta zona, van a generar tumores en la fase activa del conflicto. Por ejemplo, entre los relés que en un tac aparecen en la zona del tronco cerebral encontramos alvéolos pulmonares, intestino, hígado, próstata y la matriz, por lo que en la fase activa de un conflicto de sensibilidad en el que se vean afectados estos órganos, va a haber proliferación celular, lo que significa, aparición de una tumoración, que es tejido de más. Desde el punto de vista del sentido biológico, este tumor es indispensable. También todos los relés del cerebelo, al que corresponden las mamas y los tejidos de protección como la pleura, el pericardio, peritoneo, meninges y la piel, generan proliferación celular. Es increíble lo que la naturaleza ha dispuesto para situaciones de protección ante las agresiones. Si alguien te insulta o habla mal de ti a tus espaldas y es un hecho muy dramático de graves consecuencias, puedes crear un melanoma en la espalda que es una proliferación celular de la dermis en la espalda. La idea es la protección. Si hay ataques contra el corazón, lo protege el pericardio; si hay un órgano que es importante proteger es el corazón porque si éste no funciona, ya no hay vida. Para proteger mejor, el pericarpio y éstos órganos se hacen más densos. El pericarpio por ejemplo, se llena de pequeñas tumoraciones que hacen una capa más espesa, más gruesa para formar una coraza, y eso ocurre en la fase activa del conflicto. Los órganos que tienen relés en el ectodermo, tales como las vías biliares, durante la fase activa van a hacer ulceraciones o necrosis de tejido. En una hepatitis viral, por ejemplo, la persona está en vagotonía, está en resolución, se están limpiando las vías biliares del hígado que pertenecen a la hoja embrionaria del ectodermo, el conflicto es contrariedad, rencor en el territorio. La persona tiene dolor en la zona porque las vías biliares se hinchan y la gran fatiga que acompaña a la hepatitis es un requerimiento de la naturaleza para que la persona permanezca en reposo ya que se necesita mucha energía en estos momentos para efectuar la reparación de la zona dañada.
Les voy a poner algunos ejemplos para que todo esto se entienda mejor. El primero es el caso de una mujer a la que le diagnostican cáncer en la mama izquierda. Es una mujer zurda que vive en la actualidad y de la que yo puedo dar testimonio. Cuando yo recibo a esta señora, le digo: "Señora, de acuerdo al esquema de Hammer usted tiene un conflicto con su pareja." Ella me dice: "No, no, no. Yo tengo un conflicto con mi madre, no con mi pareja", y durante toda una hora me cuenta los conflictos que tiene con su madre. Yo le digo: "Vale, efectivamente, usted tiene un conflicto con su madre porque en el escáner cerebral puedo apreciar que efectivamente hay un foco de Hammer en la zona que corresponde a la mama derecha, lo cual indica que hay un conflicto latente con su madre, ese es un conflicto antiguo que tampoco está curado; sin embargo, la mama izquierda es la que en estos momentos está teniendo mucha sintomatología, lo cual indica que está usted pasando por una fase de resolución de un conflicto de separación de una pareja." Ella me dice nuevamente "No". Yo insisto y le digo "Ha perdido a un compañero que es como si se lo hubieran arrancado de su pecho". Y en ese momento la mujer reaccionó y me dijo: "¡Es cierto! Murió un hombre sobre mi pecho izquierdo. Pero no era mi compañero. Era el marido de mi mejor amiga". Pero resulta que ella estaba platónicamente enamorada de él y en el momento en el que expiraba, ella sintió una gran desesperación y un imperioso deseo de retenerlo, de querer darle vida, de querer nutrirlo. Y el impacto de que no pudo hacer nada para evitarlo y de que además murió en sus brazos y no en los de su amiga, fue un impacto biológico que vivió en soledad, y que no sabía como confrontarse con esa vivencia. Eso duró seis meses, hasta que decidió irse de vacaciones con su amiga y ambas finalmente se sinceraron, compartieron su dolor e incluso le explicó a su amiga toda la verdad de lo que había pasado y cómo lo había sentido. Y gracias a ello finalmente pudo liberarse de ese peso y solucionar ese conflicto y fue cuando apareció el tumor en su mama izquierda.
Tenemos también el caso de un hombre que era socio de una empresa dedicada a la fabricación de PVC que vendía sus productos en distintos países. Vino a verme porque tenía un cáncer en los testículos. En esta fase activa viene y me dice. "Me estoy quedando sin testículo, ¿qué me está pasando?" Y yo le digo "Usted ha hecho un conflicto de pérdida. Usted ha perdido a alguien, un ser muy querido". Y su mujer que venía acompañándolo, me dice: ¡Oh, lo que ha perdido mi marido es mucho dinero. Han cerrado varias sucursales por la situación económica tan difícil y ha tenido una gran pérdida, pero económica." Y yo le digo: "Sí, pero esto en el testículo tiene un matiz sexual y de una mala jugada", Yo pensé por un momento que quizá el hombre había tenido una amante y dejé insinuar vagamente esta posibilidad. Pero el hombre lo negó categóricamente. Entonces le dije: "A lo mejor ha perdido usted un animal". Y el hombre se puso a llorar y me dijo: "Sí, sí, he perdido a mi gato". Y allí estaba ese hombre tan grande y tan influyente llorando por la muerte de un gato. Y uno piensa, este hombre que ha tenido que despedir a tanta gente y ha perdido tanto dinero, ¿qué puede representar para él la muerte de un gato? Pero no es exactamente la muerte del gato lo que ha hecho la enfermedad. Él está de viaje y su mujer le telefonea para decirle que el gato al que tanto afecto le tiene, ha muerto. Él le pide que lleven al gato al centro veterinario para ponerlo en la cámara frigorífica para que cuando él vuelva lo pueda enterrar. Él quiere enterrar a su gato, pero cuando llega de viaje y se va directamente a la clínica, se entera de que el veterinario no tiene ningún gato. Va a su casa y pregunta por su gato. Le dicen que lo han enterrado en el jardín. En ese momento es cuando recibe el impacto porque la esposa y los dos hijos le dicen que era una tontería, que no iban a pasar vergüenzas en el veterinario porque él quería enterrar a un gato, que simplemente lo enterraron y ya. Y es el dolor por esa falta de sensibilidad, de atención a sus sentimientos, que le causa un impacto tremendo, ese es el momento del DHS. Para él era una pérdida porque tenía un cariño muy especial a ese gato. Y encima no han cumplido su voluntad... Eso es lo que le da el matiz de mala jugada. Además constantemente le pedía a su mujer que fueran a buscar un gatito porque él quería tener otro gatito en la casa, pero la mujer se negaba. Y yo les dije: "Bueno, pues en este caso, hay que elegir: el testículo o el gato". Cuando salieron de la consulta, la mujer todavía no quería tener a otro gato, pero finalmente lo discutieron, lo hablaron, adquirieron otro gato y este hombre se curó. Desde el momento del impacto hasta el momento que compraron otro gato, él fue haciendo conflicto y perdiendo masa del testículo. Lo que genera el conflicto, el DHS, visto desde afuera puede parecer algo muy anodino, pero para este hombre, el animal era sumamente importante, era el que mantenía el clima de familia, un animal crea un ambiente, crea un clima en la familia. Si hay una disputa en la familia, de repente el gato, el perro entrar y te lamen, te dan la pata y se para la discusión...
Otro caso muy típico es del cáncer de hígado, que está vinculado al sentimiento de carencia material, de carencia de dinero. Tenemos el caso de un hombre al que cuando le faltan dos años para el retiro, el director de la compañía donde trabaja lo llama a su despacho y le dice que ha pensado en darle un retiro anticipado para incorporar personal más joven en la empresa. En ese momento el hombre sufre un gran impacto ya que el preretiro implica una baja respecto a sus ingresos regulares, y al pensar en sus cuatro hijos, se angustia porque siente que ya no podrá pagar su educación. Biológicamente aquí es donde comienza su conflicto. Comienza su lucha al pensar en cómo poder pagar los estudios de sus cuatro hijos. Durante la fase de simpacotonía hace negociaciones con el director, va al sindicato, intenta lograr un buen acuerdo. Y en esa fase de combate, un día se presenta con toda su buena fe al director y le dice: "Bueno, está bien, yo acepto este retiro anticipado, pero tú contratas a dos de mis hijos en la empresa". El director dice "Vale, contrato uno, pero no los dos". Y el hombre insiste en que no se saldrá hasta que contrate a los dos. El conflicto se prolonga y finalmente llegan a un acuerdo, pero durante todo ese tiempo de incertidumbre, el hombre genera un cáncer en el hígado. El sentido biológico del hígado es hacer reserva mientras él lucha para encontrar una solución para el futuro de sus hijos. Si este mismo hombre hubiese vivido el conflicto como una pérdida de territorialidad, hubiese desarrollado una afección en las coronarias. El hecho de que su primer pensamiento ante la noticia del retiro anticipado haya sido "¿cómo voy a pagar los estudios de mis hijos?" en vez de pensar "¿qué voy a hacer ahora sin trabajo?" determinó que el órgano afectado fuese el hígado y no las coronarias."

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